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Mitigar las secuelas del confinamiento en los niños

El 72% de las familias madrileñas cree que el confinamiento afectará al aprendizaje de sus hijos, según un sondeo elaborado por el Ayuntamiento. Además de esto, hay otras muchas secuelas del confinamiento en los niños que no debemos pasar por alto.

En este momento, todas las Comunidades Autónomas se encuentran peleando por pasar de a la siguiente fase de de la desescalada. Se debate sobre la adecuación de abrir o no bares, tiendas, playas o cines. Pero los colegios siguen cerrados. Y no parece que vayan a abrir en ninguna Comunidad Autónoma al menos hasta septiembre.

El escenario es llamativo. Resulta inevitable preguntarse si nos estamos centrando en lo importante, si nos hemos olvidado de los niños, más allá de las franjas horarias para que puedan salir a dar paseos.

Una inmensa mayoría de familias madrileñas ve con preocupación el futuro de la educación de sus hijos. De acuerdo con una encuesta realizada por el Área de Familias, Igualdad y Bienestar Social del Ayuntamiento de Madrid, para tratar de medir el impacto en los madrileños del confinamiento impuesto por el COVID-19, el 72% de las familias ve que la situación dificulta o pone en riesgo el aprendizaje de sus hijos.

En los hogares monoparentales, la preocupación supera el 80% de los encuestados. La preocupación de los padres crece de forma proporcional a la edad de sus hijos. Así, se muestran más inquietos los padres de niños a partir de los 11 años.

La implantación de las clases virtuales ha requerido un enorme esfuerzo por parte de los profesores y no ha estado exenta de dificultades. Es especialmente preocupante la situación de los niños con menos recursos, que en muchos casos no disponen de ordenador ni de conexión a internet en sus casas y que se encuentran ahora en una situación extremadamente vulnerable.

Además de la educación, los niños se enfrentan a otras dificultades

Además de la dificultad de seguir adelante con la educación, las secuelas del confinamiento en los niños pueden ir mucho más allá.

Los expertos avisan de que es probable que experimenten altos niveles de ansiedad, falta de concentración, alteraciones del sueño o pesadillas. También es habitual que les cueste mucho más de lo normal completar las tareas del colegio, que sientan apatía o falta de interés y motivación.

La frustración o el aburrimiento son otras de las emociones que pueden experimentar los más pequeños después del confinamiento. Y por supuesto, también puede ocurrir que algunos sientan miedo de volver a salir al exterior.

Los expertos recomiendan establecer rutinas en la medida de lo posible. Establecer horarios para las tareas del colegio, las comidas, la hora del baño, de jugar o de ir a dormir es fundamental. Es importante que no tengan la sensación de estar en una vacaciones permanentes.

Hablar con ellos de la realidad de la situación también es importante. Los niños son niños, sí, pero son capaces de razonar y entender las cosas. Hablar con ellos con honestidad ayudará a calmar sus miedos y a aceptar mejor su situación.

Supervisar sus tareas, jugar y pasar el tiempo con ellos, limitando el tiempo que pasan aislados jugando con ordenadores y otros dispositivos, ayudarles a mantener el contacto con sus amigos del colegio a través de llamadas y videollamadas, mantener también el contacto con sus profesores y ayudarles a expresar sus preocupaciones también ayudará a mitigar las secuelas del confinamiento en los niños.


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